La mayoría de los profesionales de la escena del crimen creen que después de 7 días de exposición en un ambiente acuático, no quedarían fibras para recuperar como posible evidencia. Por eso, no se suele buscar ni recuperar estos elementos pasado este lapso.
Un estudio de la Universidad de Staffordshire (Reino Unido) realizado por Claire Gwinnett, muestra que después de cuatro semanas de estar sumergido en un cuerpo de agua con flujo constante, el porcentaje más bajo de fibras remanentes fue del 33,4%.
La naturaleza dinámica de los ambientes acuáticos hace que los estudios sean difíciles de realizar in situ y variables como el caudal de agua no sean posibles de controlar. El equipo optó por emplear corrientes artificiales, conocidas como mesocosmos, comúnmente utilizadas para la investigación ecológica.
Los investigadores probaron tres textiles (alfombra de mezcla de lana y nailon, vellón 100% poliéster y chaleco deportivo 95% poliéster/5% elastano) con dos caudales de agua durante un período de cuatro semanas.
Tanto para el flujo alto como para el bajo, hubo una alta pérdida inicial de fibras en las primeras 24 horas (hasta el 81% para el flujo bajo y el 70% para el flujo alto), independientemente del textil. Sin embargo, después de 24 horas, las tasas de persistencia de ambos flujos de agua se estabilizaron, mientras que el efecto del tipo de textil entró en juego alrededor de la hora 48.
La persistencia es mayor en la alfombra y menor en el chaleco deportivo, lo que se correlaciona con la respectiva rugosidad de la textura de la superficie. Esta persistencia resultó constante durante los tiempos de exposición restantes, e independientemente del caudal durante 4 semanas.
Después de 4 semanas, el porcentaje más bajo de fibras restantes fue del 33,4%: material de lana en condiciones de alto flujo de agua.
Estudio: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0379073823002682?via%3Dihub